domingo, 19 de octubre de 2014


Desmoronado, marcado por la vida, amargado, y sin embargo rodeado de estímulos. Como detrás de las rejas, siempre el mismo. Cada uno de mis pasos ha creado problemas. Por la noche hundido de un modo repugnante, casi ahogado en un lago de mierda. Nadie me llevaba consigo, me faltaba madurez. Sin embargo, algunas piedras sólo deben pulirse.

Pasaste por aquí, llevabas tu brújula contigo. Viste que ésta era una piedra especial. La llevaste contigo y no la sumergiste en el mar. Le regalaste un lugar grande y cálido en tu corazón. ¿Te acuerdas del lugar en donde te esperaba?
Allí estaba codo a codo con las demás piedras. Estaba frío, sin hogar, petrificado y solo. Antes de que llegaras era solo una de esas piedras, me encontraba cubierto de polvo. Sólo, lleno de polvo, agotado y sin planes. Me pusiste en marcha, trajiste por fin nuevos impulsos. 
Ya no hace falta que nadie me salve, eso ya lo has hecho tú llevándome contigo. Tú me animaste, estuviste junto a mí. Puedo hablar contigo de todo, o sin palabras, simplemente gesticulando. En aquel tiempo seguro no me habría dado cuenta de algo así. Me has guiado por nuevos caminos. He sentido la vida por primera vez. Sé también que esta suerte no la tiene cualquiera. Ya no me iré, estoy aquí solo por ti.
¿Todavía te acuerdas del lugar donde había estado esperando por ti?