jueves, 24 de octubre de 2013

Vuelvo a este lugar que me cuesta mucho dejar, imaginándote caminar a la orilla del mar mientras tú me imaginas con la mirada perdida en el suelo.
Como los dibujos del libro El Principito que los adultos confunden, estamos perdidos en estos desiertos faltos de sentimientos llamados ciudades que como las serpientes nos van matando por constricción, arrojan sus calles alrededor nuestro y nos aprietan cada día un poco más. Aquí, ¿quién es el asesino, quién es el cautivo y quién es libre?
Esta noche teñida de fluorescentes nos divide y disuelve en pantallas parpadeantes. Por los alrededores todos conocen los secretos de todos. Cosas vistas, pero que no se ven.

Y me siento en el suelo y llamo a las estrellas. Por favor dibújame las estrellas. Y dime ¿Qué hay en tu corazón?... ¿Es mi corazón?...

lunes, 21 de octubre de 2013

Me dejas ir, dormido en el vientre de una ballena, y así me mantienes a salvo. Sueñas que navego a través de las olas, llegando la inmensidad del mar. Mientras tú estás por partir, llevando un poema en tus zapatos que mantienen tu estabilidad. Casi observando cada paso, palabras de belleza y gracia.
En mis sueños tú eres una criatura, que puede ver el mundo de manera diferente, y siempre mantiene la sonrisa de su rostro como si albergara el cofre de un tesoro con pequeñas bromas secretas dentro. Estos sueños empapados en alcohol que siempre me juegan una mala pasada y hacen que piense que soy otra persona, alguien que planea que todo resulte bien cada nueva vez.

Cuando estoy cayendo en el sueño mi mente te dibuja en la memoria. El día se convierte en noche y la noche no me lleva en sus brazos. Espero que me cubran tus dulces sueños y que me ames en mis sueños. Creo que he estado a demasiada distancia por mucho tiempo, y mi frío ardiente se vuelve gris, echo de menos tu llama.