El mejor de los regalos que me dio la vida, mi familia. |
Día tras día, podemos dar el don de la alegría. El intento puede ser doloroso, puede ser aterrador, pero al final, merece la pena. Cada pequeña vez que lo intentamos todos tenemos la oportunidad de entregar algo. Quizás los regalos no sean tan vistosos en forma material. Quizás el regalo sea intentar pedir una simple disculpa. Quizás sea entender el punto de vista de la otra persona. Quizás sea guardarle el secreto a un amigo.
La felicidad, supuestamente, viene con la generosidad. Y cuando la felicidad se va, cuando la entrega empieza a pesarte como una carga, ahí es cuando uno para. Sin embargo, si eres como la mayoría de la gente que conozco, te entregas hasta que te duele y luego, te entregas un poco más…