lunes, 5 de septiembre de 2011

Daño colateral.

Las personas tienen muchos principios, que varían en consideración e importancia dependiendo de cada una, algo parecido a la escala de valores. Como uno sus principios solemos encontrar el de “no hacer daño”, a veces se comprometen con sí mismas a vivir bajo esa especie de juramento. Como principio “no hacer daño”, es más fácil decirlo que hacerlo. Podemos tomar todos los juramentos del mundo, en cambio, el hecho es que la mayoría de nosotros hacemos daño todo el tiempo. 
A veces aunque intentemos ayudar con la mejor predisposición posible, en un “sin querer”, podemos hacer más mal que bien. En consecuencia suele aparecer el dolor y después lo hace su mejor amiga, la culpa. La culpabilidad nunca va de por libre, y también lleva a sus propios amigos, la duda e inseguridad. Es entonces cuando la confusión levanta su fea cabeza y nos mira a los ojos con una gran sonrisa. 
Lo que hacemos con la confusión es decisión propia y de nadie más, puede que nos den consejos de cómo manejarla, pero quien tiene la última palabra sobre el hecho siempre somos nosotros mismos. Entonces, podemos tomar decisiones que nos meten en problemas en primer lugar o, aprendemos de ello e intentamos con todas nuestras fuerzas seguir adelante. Lo que queda bien claro en todo lo dicho es que: “No hay ningún que juramento que podamos hacer para tratar con esto”.


Nota a mi mismo: ¡Néstor! Deja de pensar en la forma que lo hiciste casi todo el día, nuevamente te estás creando "Complejo de Sísifo" (ciego y empujando una gran piedra hacia la cima de una montaña, que un poco antes llegar a la meta se te escapa de las manos, volviendo ésta al principio, repitiéndose la historia una y otra vez).
La última vez estuviste así casi mes y medio. Sabiendo que no te molesta el hecho de estar perdido, sino el de que te estás perdiendo y no podes hacer nada para evitarlo. El nombre de tu blog lo dice y tenlo en cuenta: LO BUENO ES QUE LO MALO PASA, LO MALO ES QUE LO BUENO TAMBIÉN.

2 comentarios:

  1. Intentar no hacer daño no diciendo lo que realmente pensamos pasa factura. Hay que decir las cosas en el momento, con el tiempo todo se hace una bola como las mentiras y es mucho peor.

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  2. C.C: Puede que tengas razón en que no decir lo que pensamos luego pasa factura. Sin embargo considero que para decir las cosas hay que cuidar el modo en que se lo hace.
    A veces las podemos decir en el momento, otras después de tomarnos un tiempo para ordenar las ideas y que la impulsividad del instante no haga que se nos malinterprete lo que queremos expresar realmente.
    También tengo en consideración que en mi caso "hablar" no es uno de mis fuertes, así que trato de darme a entender por otros medios.
    Que estés bien y saludos.

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