Casi nunca podemos decir que está mal con alguien buscando solo en la superficie. Después de todo pueden aparentar estar perfectamente por fuera mientras que por dentro nos cuentan otra historia completamente distinta.
No todas las heridas son superficiales, la mayoría son más profundas de lo que podemos imaginar y tampoco todas presentan apariencia física. No podemos verlas a simple vista y, de vez en cuando, también hay que tener en cuenta aquellos golpes que nos toman por sorpresa y ¡¡¡zas!!!.
El truco ante cualquier tipo de lesión es buscar a fondo, encontrar el verdadero origen del problema y una vez que lo hemos encontrado, intenta a más no poder curar ese daño.
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