La semana pasada termine de leer un libro de Paulo Coelho: “El vencedor está solo”. En él uno de los personajes, Igor, en un principio decide destruir algunos mundos para recobrar a la persona que él ama. Esta tarde vino gente a mi departamento, personas que no conocía, por encargo de mi Papá, debido a que ellos tienen una persona que aprecian internadas en el hospital que queda a media cuadra de mi depto.
No es culpa de ellos, ni tampoco de la situación pero me sentí terriblemente nervioso, me pesaban las piernas. Ellos estaban acá, junto con mi cuerpo, digo esto porque mi cabeza empezó a perderse en enredados pensamientos. Como a veces me pasa, es como si entro en una fase en la que pongo mi cuerpo en automático, mientras, mi mente corazón y alma se pierden en el camino. Respondo a ciertos estímulos y preguntas automáticamente. No tengo explicación a esas situaciones, a veces solo pasan.
A qué viene lo del libro, bien, uno de los pensamientos que pasó por mi cabeza es que necesito alguien que destruya mi mundo para volverlo a reconstruir. No necesariamente alguien que establezca una relación de algún tipo conmigo, solo necesito que destruya el mundo o parte del mundo que creé en mi interior y vengo sosteniendo hace un tiempo. Porque hoy me siento estancado.
Quiero que alguien me desafíe a algo nuevo, pero con calidad, que tire por el piso mi indiferencia y muchas de mis creencias, actitudes. Es menester esto para que yo pueda empezar a reconstruir de nuevo. Quizá que me pegue una puteada o imponga autoridad sobre mí, pero de cierta forma que yo no pueda salirme con las mías, como pasa casi siempre. Que encauce partes del potencial o todo el que tengo y estoy desperdiciando.
En fin, dicen que hay que dedicarse a cultivar el jardín interior que cada uno lleva dentro, sin embargo, hoy siento que dejé que los árboles y arbustos que limitaban mi jardín y el del mundo externo crecieran demasiado. No me dejan ver lo que hay del lado de afuera, ni viceversa. Me concentre en ese jardín, pero de que me sirve si tan solo yo puedo verlo; es el jardín y la casa que se encuentra en el centro. O sea, hay que disfrutar del nuestro propio, pero hay que aprender a disfrutar del de los demás y eso me está haciendo falta aprender.
Tal vez no todo lo que creo, siento, pienso está mal y en ese caso tan solo necesite reafirmación de ciertas cosas. Sin alguien a mi lado o desde lejos que sea guía, maestro es un tanto difícil no volver a cometer los mismos errores. A pesar de que soy consciente de algunas de las actitudes que debo cambiar en mi persona, hay otras tantas de las cuales no lo soy.
Poseo capacidades que reflexiono que son buenas y quiero conservarlas, tampoco considero que todo esté mal conmigo. Hay partes de nosotros mismos, que se mantienen firmes, inmóviles. Aunque por ahí también mantenga en ese estado cosas no muy buenas. Soy capaz de recapacitar sobre mis actos, darme cuenta de qué está mal y qué es bueno en mí, pero no con la totalidad de mi ser, hay cosas que escapan a mi persona.
Es enojo hacía mi lo que tengo, pero ese enojo moderado. No es el que te ciega, que te descontrola, que te hace ver solo cosas malas en uno mismo y los demás. Una cuota de ese enojo de vez en cuando no está tan mal, mientras no se nos vaya de mambo o de nuestras manos. Un enojo que te motiva al movimiento, al estar disconformes con algo y tratar de cambiarlo, en este caso conmigo mismo y a mi mismo.
Me dio hambre en este momento, voy a encargarme algo para comer y en un rato vuelvo a concluir con esto.
Solucionado lo del hambre, con una hamburguesa especial y de pasó cené con mis vecinas Pao y Yani. Buenas personas las dos, y lo son para mí considerando que solo me acerco y hablo con personas que considero realmente buenas. Aunque a veces, me pierdo un poco de ellas ¡Je!
Ahora que estoy más clamo y puedo pensar con más claridad me doy cuenta de que todos los días parte de nuestros mundos internos son destruidos y vueltos a reconstruir. De vez en cuando edificamos más de lo mismo, otras tantas veces sobre esos cimientos edificamos cosas totalmente nuevas. Y una que otra vez usamos parte de lo viejo para reafirmar lo nuevo. Solo que hoy el sentimiento de estar atascado me dio mucho miedo.
Estaba considerando no crear los links como siempre lo hago con mis otras entradas de blog. Pero ahora que lo pienso quizás a alguna de las personas que lea esto le resulte interesante desafiarme a algo nuevo, tratar de encaminar el potencial que guardo dentro o simplemente poner en duda mis creencias y pensamientos.