Gracias al calendario volvemos a empezar todos los años, solo hay que esperar a que llegue enero otra vez. La recompensa por sobrevivir a la navidad es el año nuevo que viene acompañado de los tradicionales buenos augurios y propósitos. Dejas atrás el pasado y vuelves a empezar. Es difícil resistirse a la oportunidad de empezar de nuevo, de dejar tus antiguos problemas a un lado.
Quien decide cuándo acaba lo viejo y empieza lo nuevo no es un día del calendario, ni un cumpleaños, ni un nuevo año. Por lo general es un acontecimiento grande o pequeño, algo que nos cambia, que nos hace ver, que nos da esperanzas. Una nueva forma de vivir y contemplar el mundo para dejar marchar los viejos hábitos, los malos recuerdos.
Lo importante de todo esto es saber que siempre se puede volver a empezar, aunque también es importante recordar que entre todo lo malo hay cosas a las que valen la pena aferrarse.
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