Recuerdas cuando eras pequeño que tu única preocupación era si te regalarían una bici para tu cumpleaños o si te dejarían desayunar solo golosinas, ser adultos está sobrevalorado. Nos dejamos engañar por ropas de marca, salidas, el dinero, cosas materiales, el sexo, o por no tener a tus padres diciéndote lo que debes hacer. Ser adulto es una responsabilidad. Y a veces... ¡LAS RESPONSABILIDADES SON UN ASCO! ¡VERDADERAMENTE SON UN ASCO!
Los adultos siempre tienen mucho que hacer, trabajar, ganarse la vida, pagar las cuentas. ¡Eh! Estamos hablando de responsabilidades, esto hace que las bicis y las golosinas sean muy apetecibles. Lo que más miedo me da es cuando lo estropeas todo y dejas que resbale de tus manos.
Las responsabilidades son un verdadero asco. Por desgracia cuando has pasado la época de los zapatos ortopédicos, las ortodoncias y demás aparatos correctores, las responsabilidades se quedan contigo, no puedes escapar. O alguien nos lo hace comprender o sufrimos las consecuencias.
Aunque la madurez tiene sus ventajas y con eso me refiero a la ropa de marca, salidas, el dinero, las cosas materiales, el sexo, a no tener a tus padres diciéndote qué hacer y eso, a veces, también está muy bien.
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