lunes, 18 de julio de 2011

La historia del lápiz.

El niño miraba a su abuela que escribía una carta. En determinado momento, le preguntó:
–¿Estás escribiendo una historia que nos sucedió a los dos? ¿Es, quizá, una historia sobre mí?
La abuela dejó de escribir, sonrió y comentó al nieto:
–Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Ahora bien, más importante que las palabras es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas.
El niño miró el lápiz, intrigado, y no vio nada de especial.
–Pero, !si es igual a todos los lápices que he visto en mi vida!
–Todo depende del modo en que mires las cosas. Hay en él cinco cualidades que, si consigues mantenerlas, harán de ti una persona por siempre en paz con el mundo.
Primera cualidad: puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que existe una mano que guía tus pasos. A esta mano nosotros la llamamos Dios, y Éste debe conducirte siempre en la dirección de Su Voluntad.
Segunda: de vez en cuando necesito dejar de escribir y usar el sacapuntas. Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final está más afilado. Por lo tanto, has de ser capaz de soportar algunos dolores, porque te harán una mejor persona.
Tercera: el lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar los errores. Debes entender que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino de la justicia.
Cuarta: lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro. Por lo tanto, cuida siempre de lo que sucede en tu interior.
Finalmente, la quinta cualidad del lápiz: siempre deja una marca. De la misma manera, has de saber que todo lo que hagas en la vida dejará huellas, e intenta ser consciente de todas tus acciones.

Historia extraída del libro "Como el río fluye" de Paulo Coelho

2 comentarios:

  1. ¡Gracias! Coelho es uno de mis escritores favoritos. Libro que publica, es libro que es leído por mi ¡je!

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