miércoles, 15 de junio de 2011

Las etapas del duelo y las pérdidas.

Según la doctora Elizabeth Kubler-Ross, cuando alguien cercano muere o hemos sufrido una pérdida catastrófica, todos nos movemos por cinco etapas diferentes de dolor. Pasamos por la negación, porque la pérdida es tan inconcebible, que no podemos imaginar que es verdad. Nos entra la ira con todo el mundo, nos enfadamos con los supervivientes, nos enfadamos con nosotros mismos. Luego negociamos; suplicamos, imploramos, ofrecemos todo lo que tenemos. Ofrecemos nuestras almas a cambio, por sólo un día más. Cuando la negociación fracasa y la ira es demasiado difícil de sustentar, caemos en la depresión, la desesperación, hasta que finalmente tenemos que aceptar que hemos hecho todo lo que hemos podido. Lo dejamos ir y pasamos a la aceptación.
En algunas facultades, hay ciertas clases que enseñan a superar una muerte, y sin embargo no hay ni una sola sobre cómo seguir viviendo. El diccionario define el luto como un profundo sufrimiento mental o angustia ante la aflicción o la pérdida, una aguda pena, un doloroso arrepentimiento. Nos enseñan a aprender y confiar en libros. En las definiciones, en lo definitivo. Pero en la vida, las definiciones estrictas rara vez se aplican. En ella, el luto aparece de muchas formas que guardan poco parecido con una aguda pena.
El luto puede ser algo que todos tenemos en común, pero parece diferente en cada persona.
No sólo sufrimos por la muerte. Es la vida, es la pérdida, es el cambio.
Y cuando nos preguntamos por qué tiene que joder tanto algunas veces, por qué tiene que doler tanto. Lo que hay que intentar recordar es que TODO PUEDE CAMBIAR EN UN SEGUNDO.
Así es como uno vive. Cuando duele tanto que no puedes respirar, así se sobrevive. Recordando que algún día, de alguna manera, aún siendo imposible... no te sentirás tan mal. No dolerá tanto.
El luto nos llega a todos en su momento, a su propia manera y lo mejor que podemos hacer, lo mejor que cualquiera puede hacer es intentar ser sincero.
Lo que es una verdadera mierda, es que no lo puedes controlar. Lo mejor que podemos hacer es intentar dejarnos sentirlo cuando llega... y dejarlo ir cuando podamos.
La peor parte es que cuando crees que ya lo habías pasado, empieza de nuevo y siempre, todas las veces, te deja sin aliento.
Hay cinco etapas del dolor. Son diferentes en cada persona, pero siempre son cinco.
Negación.
Ira.
Negociación.
Depresión.
Aceptación.
Lo que hay que saber es que nunca se pierde a alguien del todo, siempre llevamos con nosotros mismos partes de esas personas que ya no están. Ya sean recuerdos, actitudes, enseñanzas, entre muchas otras que al manifestarlos traen consigo, nuevamente a nuestras vidas, a aquellos que están sin estar.

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