sabía por qué estaba conmigo, solo cause problemas desde el día en que me conoció. Si yo hubiese estado en su lugar en ese entonces me hubiese alejado. Sin embargo en vez de eso me seguía perdonando. Parte de lo que decíamos era:
- Solo hago lo que siento que tengo que hacer, aún así si tengo que negarme a ver la verdad que está frente a mis ojos.
- A veces, despiertas a la realidad, te das cuenta de que te has perdido en el laberinto cuando ya estas inmerso en sus profundidades y es demasiado tarde...
Supongo que te enamoraste de la peor forma. Si no se hubiese quedado en ese entonces no se habría estancado tanto tiempo, no sé qué es lo que no dejaba que partiera mientras que yo no dejaba que respirase. Porque yo solo demostraba que si estaba en busca del Jardín del Paraíso era más que seguro que no lo encontraría en mí.
Tenía que haberse salvado de toda esa agonía antes de que fuera demasiado tarde, sin embargo se quedó. Con su corazoncito en sus manos, cubriéndose poco a poco por mi oscuridad. Sin perder esa paz que había en su interior de sus labios se oía:
- Sé que tienes un alma demasiado buena y llena de luz, aún cuando piensas que no tienes corazón. ¿Cómo una persona que puede llegar a hacer sus sueños realidad con tanta facilidad, puede estar tan ciego?
En vez de caminar junto a mí se hubiese alejado y encontrado alguien que le de seguridad. Sin embargo ahí estaba, encontraba colores en mis espacios más oscuros y belleza en mis momentos de tristeza más grandes. No dejaba que entrarse en mi mundo y aún así se seguía enamorando de la peor forma posible.
Sabíamos que ya nada sería lo mismo, con su corazón lleno de amor y el mío lleno de dolor. Y no podía explicar cómo habíamos llegado a eso. Y aún así se permaneció, hasta que curó a este ciego de su ceguera. Y a pesar de que su luz lastimaba mis ojos en un principio, yo también aprendí a amar de la peor manera.
Entonces todo cambió, nos mirábamos a los ojos dándole la espalda al mundo. Contándonos cosas que habíamos pensado pero que nunca las habíamos dicho. Hubo un tiempo en que nos pasábamos toda la noche conversando de todo un poco hasta el amanecer. Tomando un camino que nos daba felicidad pero que corría tan cerca del dolor.
¿Estás leyendo esto? Porque quiero que sepas que estás en la brisa de mis recuerdos más bellos. Recuerdo una noche de julio donde la lluvia mojaba el suelo en la cual te dije que sería tuyo de por vida.
No teníamos mucho que perder, pero si todo para ganar. Pensábamos que nunca nos separaríamos. Y si el cielo estaba cubierto y las nubes no se despejaban no dudábamos un segundo en volar más allá de ellas. Las puertas del cielo estaban tan cerca en ese entonces. Cada latido de mi corazón tatuaba en mi pecho tu nombre, tu voz y tu sonrisa.
En esos momentos ¿quién de los dos hubiese pensado que terminaríamos así? Donde todo de lo que habíamos hablado se ha ido y la única opción que tuvimos fue continuar cada uno con su vida. Intentar seguir adelante, antes de que todo volviera a ser como solía ser.
A pesar de todo lo que atravesamos juntos, el tiempo demostró que nuestros caminos en cierto punto se separaban. En esta noche fría de junio me gustaría que caminaras junto a mí y habláramos como solíamos hacer. Me gustaría intentar volver a antes de que pasara lo peor… Antes de que nuestros corazones decidieran de que es tiempo de amar otra vez… Antes de que fuese demasiado tarde… Antes de que todo este tiempo pasará… En este momento quisiera tratar de regresar a un tiempo antes de que todo fuera mal.
Sabíamos que ya nada sería lo mismo, con su corazón lleno de amor y el mío lleno de dolor. Y no podía explicar cómo habíamos llegado a eso. Y aún así se permaneció, hasta que curó a este ciego de su ceguera. Y a pesar de que su luz lastimaba mis ojos en un principio, yo también aprendí a amar de la peor manera.
Entonces todo cambió, nos mirábamos a los ojos dándole la espalda al mundo. Contándonos cosas que habíamos pensado pero que nunca las habíamos dicho. Hubo un tiempo en que nos pasábamos toda la noche conversando de todo un poco hasta el amanecer. Tomando un camino que nos daba felicidad pero que corría tan cerca del dolor.
¿Estás leyendo esto? Porque quiero que sepas que estás en la brisa de mis recuerdos más bellos. Recuerdo una noche de julio donde la lluvia mojaba el suelo en la cual te dije que sería tuyo de por vida.
No teníamos mucho que perder, pero si todo para ganar. Pensábamos que nunca nos separaríamos. Y si el cielo estaba cubierto y las nubes no se despejaban no dudábamos un segundo en volar más allá de ellas. Las puertas del cielo estaban tan cerca en ese entonces. Cada latido de mi corazón tatuaba en mi pecho tu nombre, tu voz y tu sonrisa.
En esos momentos ¿quién de los dos hubiese pensado que terminaríamos así? Donde todo de lo que habíamos hablado se ha ido y la única opción que tuvimos fue continuar cada uno con su vida. Intentar seguir adelante, antes de que todo volviera a ser como solía ser.
A pesar de todo lo que atravesamos juntos, el tiempo demostró que nuestros caminos en cierto punto se separaban. En esta noche fría de junio me gustaría que caminaras junto a mí y habláramos como solíamos hacer. Me gustaría intentar volver a antes de que pasara lo peor… Antes de que nuestros corazones decidieran de que es tiempo de amar otra vez… Antes de que fuese demasiado tarde… Antes de que todo este tiempo pasará… En este momento quisiera tratar de regresar a un tiempo antes de que todo fuera mal.
"LAS COSAS QUE PENSÉ QUE NUNCA SABRÍAS DE MÍ SIEMPRE FUERON LAS QUE MEJOR ENTENDISTE..."
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