Camino al bar más cercano que tengo, en la esquina de Moreno y Mendoza. Voy sonriendo pero me estoy muriendo por dentro, con todas mis fuerzas trato de no arrastrar los pies. Pienso que unos cuantos tragos me ayudaran a olvidarte. Sin embargo después de unas cuantas copas de más estoy seguro de que nunca lo haré porque eres la mejor parte de mi ser.
Mientras que todos piensan que estoy loco para mi tiene perfecto sentido. Tan solo tú y yo podemos ver donde todo esto va a terminar. Tropiezo con la vereda y caigo en la calle, me levanto y voy hacia ti porque sé que si estuviéramos cara a cara te darías cuenta de que lo eres todo para mí.
Estoy fuera de mi, tan solo pensando en ti y todos tratan de calmarme porque con mis pensamientos y toda mi alma estoy gritando tu nombre por todos lados. Estoy seguro de que si llego a ti podría hacerte regresar.
Sé que estoy borracho, en cambio estoy diciendo las palabras indicadas, si las escuchas atentamente sin reparar en mi estado entraras en razón. Fantaseo que te llamo para confesarte que todavía te amo pero aun en mi imaginación todo lo que escucho es silencio.
Cada paso que doy en esta borrachera me conduce a tu puerta porque creo que si tal vez vieras cuanto estoy sufriendo sin ti lograría que me abraces bien fuerte.
A veces el amor intoxica más aún que el alcohol o cualquier otra droga. Me empiezan a temblar las manos y estoy al borde del colapso al darme cuenta de que nadie está esperando por mí, de que no hay nadie para mí.
Quisiera volver a escuchar tus palabras, tu voz, tu risa pero todo lo siempre obtengo es silencio.
¿Estaría mejor si me doy por vencido? ¿Estaría mejor si pierdo la memoria? ¿Estaría mejor si ya nada me importa? ¿Estaría mejor si nunca te hubiese conocido?
La respuesta a todas esas preguntas es no. Porque gracias a ti logre ser soy quien soy ahora y me gusta serlo. Aunque ya no estés conmigo siempre serás la mejor parte de mí ser.
¡Gracias che! Obvio que paso a ver tu blog. Saludos.
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