jueves, 16 de junio de 2011

Sueños.

Mirando el cielo desde mi puerta puedo ver que alguien, con gotas del sol y estrellas en sus cabellos, está entrando en mi atmósfera. Toca tierra con sus pies, entra a mi casa y lo llena todo con el halo de la Luna. Me siento frente al espejo, por su reflejo puedo ver que actúa como el verano y camina como la lluvia. Está ahí recordándome que me gustan los colores verde y azul porque al nacer Mercurio junto a Neptuno iluminaron la noche regalándome parte de su luz.
Ha regresado desde hace un tiempo finalmente dice, pero se quedó observándome junto a una estrella y la Luna. Sus palabras suenan como la primavera y habla como junio el mes en que nací. Ahora dime, ¿navegaste a través de los océanos del Sol? ¿Atravesaste la Vía Láctea para ver a esta pequeña luz en extinción con forma humana y pequeños grandes sueños?
Ha caído a mi mundo como lo hacen las estrellas fugaces y aún así no veo que posea ni una sola cicatriz. ¡Dime! ¿Fue mi padre, El Viento, quien formo una escalinata que acarició tus pies mientras bajabas del cielo? ¿Tuviste la oportunidad de correr por sobre los anillos de Saturno y luego seguir recorriendo la galaxia? Lleva el rubor de Venus en su rostro, ¿acaso es ese planeta como todos lo cuentan? ¿Me extrañaste mientras yo te he estado buscando por tantos años, afuera perdido en la realidad?
Entra en mi mundo y tengo miedo de que piense que sigo siendo aquel que ya no quería tener más sentimientos y se dedicaba a matarlos uno por uno, o que haya leído la historia del aquel chico que una vez fui que estaba tan temeroso de volar y no desplegaba sus pies de la tierra quedándose inmóvil. Que fue por eso que no se acercaba a mí, y sin embargo, todavía no puedo creer que esté aquí para recordarme que hay tiempo para que pueda cambiar.
Regresa del descanso que se tomó su alma, marca su camino a través de las constelaciones, escuchando el piano que resuena en mis pensamientos, observándome saltar y volar cuando estoy en el gimnasio o trotando por la cuidad de Corrientes. Ardiendo al máximo de mi fuego interior cuando me siento en la costanera a mirar el río. ¡Dime! ¿Soy todo lo que al final del viaje querías encontrar? ¿Estás aquí para secar las pequeñas lágrimas que caen a veces por las noches en mi almohada o para hacer que no vuelvan a caer?
Estoy seguro que me escuchó aquella noche que me senté en las barandas de aquel puente y empecé a hablarle sin más. Diciéndole que hay mucha gente que me aprecia, pero aún así, me sentía muy sólo y mis últimas palabras fueron: ¡Adiós! Tengo que irme, luego, arranque la moto y fui a dormir. Quizás en ese entonces era demasiado joven para poder entender.
Quiero llevarte conmigo, a una vida sin más ayeres. Puedo emocionarme, comenzar de nuevo y cambiar la forma en que siempre siento y lo intento. Me transformaré en tus alas y nunca jamás te dejaré caer. Así que despliégame, úsame en medio del aire, conviértete en mi ángel con forma humana y llena todo este mundo con tu luz.
Y cuando la realidad invada este lugar, se vuelva pesada, intente hacer que bajes los brazos y sientas que te estás rindiendo permaneceré siempre a tu lado. Me trasformare en viento, me llevare conmigo todas las palabras y el dolor lo más lejos posible. O como mi madre La Lluvia, me trasformare en agua, calmaré tu sed y daré vida a todo lo que nos rodea. Esta vez tengo en cuenta la forma en que hago las cosas. Con sus sonrisas, aún sin decir una sola palabra, me recuerda que todavía hay tiempo para crecer.
Si alguna vez sientes que ya no puedes continuar entonces me transformaré en tu ángel con forma humana, te cubriré con mis alas y no te dejare mirar hacia abajo. Me estoy cansando de chocar contra el piso de tanto huir. Este sueño es demasiado bueno como para darme por vencido y tampoco sería lo mismo sin ti. Soy consciente de que es solo un sueño y todavía no sé si debo olvidar esto o simplemente regresar a la realidad. Tal vez no sea así, pero en este momento tú eres todo lo que tengo en que creer.
No te vayas a rendir por favor, porque sé que tu espera ha sido difícil, ha pasado bastante tiempo y en poco tiempo voy a despertar. Nadie pensó que sería lo suficientemente bueno para ti, excepto por ti, y no voy a dejar que ellos tengan la razón después de todo lo que he pasado. Porque en alguna parte de mis sueños siempre hay un lugar para mi, hay un lugar junto a ti. Por favor espera por mi cada noche después de que cierre los ojos, hasta que un día para mí ya no haya amaneceres y absolutamente todo sea un sueño.
Ya no te diré “adiós” como aquella vez sino: ¡Hasta luego! A partir de hoy te veré en mis sueños. La realidad se acerca y estoy a punto de despertar. Nuca nadie pensó que sería lo suficientemente bueno para ti… excepto por ti…

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